Avui us vull fer referència a una notícia publicada fa 4 dies al diari "La Opinión de Málaga".
Aquesta entrevista parla sobre l'evolució dels ordinadors a l'aula, una proposta que es va dur a terme i de la qual no estan gaire satisfets, ja que la majoria de centres els utilitzen sense tenir en compte cap mena d'objectius, sinó com a una cosa més per a fer servir.
El problema és que aquesta aportació a les classes no ha de ser perquè só, sinó que s'ha de plantejar realment al que es vol arribar amb aquesta implantació d'ordinadors en les sessions acadèmiques.
Julio Ruiz, director del Congrés realitzat aquests dies sobre l'Ús de les TIC i les Bones pràctiques parla de com hauria d'utilitzar-se aquesta metodologia per aconseguir un bon funcionament i un aprenentatge significatiu provinent d'aquests aparells.
«Con la tecnología no se consigue nada si no se acompaña de pedagogía», dice Julio Ruiz, didáctico de la UMA
IGNACIO A. CASTILLO Unos 300 profesionales del mundo educativo debaten y comparten desde ayer experiencias internacionales relacionadas con el uso de las nuevas tecnologías en la docencia. El entrevistado Julio Ruiz es el director del segundo Congreso sobre el Uso y las Buenas Prácticas con TIC, que se desarrolla en la facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Málaga.
¿Qué objetivos persiguen con la celebración de este congreso?
Los objetivos consisten en establecer foros de debate sobre el uso y nuevas prácticas de las TIC en educación. Están participando 300 profesores de toda España e Iberoamérica, de once nacionalidades distintas y se van a presentar 200 comunicaciones. Son todos expertos en tecnologías educativas.
¿A qué conclusiones están llegando?
Aunque el congreso acaba de empezar y terminará el viernes, parece claro que con las tecnologías por sí mismas, no se consigue nada si no van acompañadas de pedagogía, es decir, de una buena planificación, organización de los recursos y de las actividades que se van a desarrollar en el aula. La Administración educativa tiene la creencia de que, por llenar las aulas de ordenadores se consigue la excelencia o calidad, y no sólo basta implementarla, hay dar un paso más.
Y ese paso tienen que darlo los docentes...
Ahí está la formación de los profesores y de los que están estudiando en la Universidad para serlo.
El delegado de Educación, Antonio Escámez, sostiene que es necesario ajustar más el currículum que reciben los futuros maestros con la realidad que se van a encontrar en el aula. ¿Comparte esta visión?
Hay asignaturas como Nuevas tecnologías aplicadas a la educación, que inciden en cómo usar estas herramientas en la enseñanza. Aunque en realidad hay de todo. Procedo de la enseñanza Secundaria. He sido coordinador de uno de los primeros centros TIC de la provincia y ahora estoy en la Universidad formando a maestros. Siempre hay una pequeña diferencia entre lo que se aprende en la facultad y lo que se aplica en el aula.
¿Cómo cree que se está desarrollando el programa Escuela TIC 2.0?
Es algo muy positivo. Es cierto que la Administración ha dado un giro desde los primeros centros TIC, que tenían un ordenador por cada dos alumnos; a la actualidad, en los que se reparte un miniportátil a cada escolar. Es una apuesta importante de la Junta. Pero es necesario comprender que no se trata de que los alumnos o los profesores sepan utilizar los programas, sino de que aprendan a usar los ordenadores didácticamente y los integren en la docencia. No que aprendan a usar programas. Que tengan una aplicación práctica.
¿Cree que el uso de nuevas tecnologías motiva a los alumnos, acostumbrados a desenvolverse con estas herramientas?
No estoy muy de acuerdo con el término nativo digital, pero es cierto que los alumnos se desembuelven muy bien con las TIC. Pero el principal partido del uso de las tecnologías en la educación es que los alumnos tienen que ser los protatonistas de su propio aprendizaje. Nuestra labor, como docentes, es intentar provocar que sean ellos los protagonistas.
¿Y se consigue?
Se está consiguiendo poco a poco. Es un cambio de rol que tiene que ser asumido por el profesorado y el alumnado. Hemos de acabar con la ideal del alumnado pasivo como en la escuela del siglo XX. Sin embargo, aún hacemos lo mismo que hacemos antes, pero con una tecnología. El portátil se usa como una libreta y la pizarra digital como una pizarra de tizas.
¿Qué hay que hacer para mejorar el uso de las TIC en las aulas?
Es cuestión de ir asumiéndolo todos poco a poco. En 1999, en mi instituto había un aula de informática. En 2003, un ordenador por cada dos alumnos. Desde 2009 se están repartiendo los portátiles. Son cambios muy grandes.
¿Puede haber miedo en los profesores a no saber utilizar las TIC en clase?
Eso ha pasado, pasa y pasará. Cuando se introdujo el vídeo pensamos que la tele iba a sustituir al docente. Existe miedo a perder el control de clase, pero no es así. Los ordenadores son meras herramientas. Por eso, la formación permanente del profesorado es clave. Y no es cuestión de edad, sino de actitud ante la innovación.
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